De la historia y sus huellas Adriana 'Indi' Valobra es historiadora, investigadora del Conicet y docente en la Universidad Nacional de la Plata. A punto de publicar Del hogar a las urnas (editorial Prohistoria de Rosario), libro en el que traza el recorrido de los derechos políticos femeninos, dialogó con Artemisa Noticias sobre los primeros pasos en la historia por la igualdad política en nuestro país. -¿Qué hechos y protagonistas destacarías cómo fundamentales en el proceso de acceso a los derechos políticos de las mujeres? El acceso al voto fue la dimensión más emblemática de este proceso, pero también debe contemplarse la posibilidad de decidir y de ser escuchadas dentro de los partidos, de ser electas y participar tanto dentro como fuera de ellos. En el camino al sufragismo, un acto individual que, sin embargo, tuvo un valor simbólico sin igual fue la acción de Julieta Lanteri, una médica italiana que se hizo ciudadana argentina y votó en los comicios para la renovación del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires en 1911, porque la ley no decía que las mujeres no podían hacerlo. Cuando se sancionó la Ley Sáenz Peña que equiparó el padrón electoral al militar, Lanteri no pudo volver a votar. No obstante, ella exigió que la incluyeran en el padrón militar, lo que por supuesto le fue negado por ser mujer. De esta manera la ley limitaba la participación de las mujeres. Las sanjuaninas también marcaron un hito en la historia de los derechos políticos. En 1912 votaron en elecciones municipales y tras la reforma de la constitución de 1928 su participación alcanzó el nivel provincial. El gobierno de Hipólito Yrigoyen, más tarde, intervino la provincia y encarceló a estas mujeres alegando la inmoralidad que su accionar político había ocasionado. -¿Que significó Eva Duarte y el peronismo para este proceso? Habitualmente, en la historiografía es común encontrar la idea de que Perón quiso manipular a las mujeres, que otorgó el voto femenino para manipularlas. Puede ser. Pero lo que no puede dejar de señalarse en esta idea es que sustenta el supuesto de que las mujeres son tan irracionales cómo para ser fácilmente manipulables y que, además, el hecho de que Perón se lo haya propuesto, significó su inmediata implementación. Si bien el peronismo marcó el intento de organización que hasta entonces no se había dado, en la sociedad ya existía consenso sobre la injusticia en relación a los derechos políticos femeninos. De todas maneras, me parece que hay que rescatar la voluntad política de Perón. En cuanto a Eva, su papel fue fundamental. Si bien tuvo algunas ideas conservadoras, me parece que otras no lo fueron. Es rescatable el impulso a que la participación política no fuera sólo de puertas para afuera. Ella estaba convencida de que la política tenía que estar 'en la mesa familiar', lo cual constituyó una forma nueva de pensar, una politización del hogar nunca antes imaginada. Asimismo, es necesario analizar el efecto que su discurso provocó en la gente: las mujeres de la época peronista coinciden en el peso de su figura y no todas recepcionaron un mensaje conservador como el que resalta la historiografía, de hecho opinan que revolucionó las relaciones de género. Ellas entendieron de boca de Eva que debían ser protagonistas. -¿Qué ocurrió una vez sancionada la ley? -Las sufragistas y las mujeres de los partidos, en general, aceptaron la ley y empezaron a reorganizar a las mujeres. Criticaron el uso que el peronismo pudiera hacer de ese voto femenino, pero ninguna se opuso. Cada partido comenzó a reorganizarse para dar lugar a las mujeres, aunque algunos no fueron efectivos en esa organización. Sin duda, el que arrasó fue el Partido Peronista Femenino, aunque las primeras legisladoras peronistas tuvieron un papel secundario si se piensa en todo el poder que habían tenido en su actuación partidaria. Cuando tuvieron que compartir espacios con los varones quedaron relegadas. -¿En que lugar ubica a las mujeres la historia política del país? ¿Porque es importante rescatarlo? Desde el lugar de la historia oficial, el proceso ha sido invisibilizado por la mayoría de los y las historiadores/as. En la sociedad, hay un gran desconocimiento de este proceso que culminó en el sufragio; está instalada la idea que fue sólo Eva la que le dio forma y lo sancionó. En cuanto a los partidos políticos el recorrido de las mujeres en cada partido es dispar. El partido radical, aún teniendo mujeres muy interesantes cómo María Luisa Coutouné de Butiérrez en La Plata o Clotilde Sabatini en Buenos Aires, las olvida u omite que en las primeras elecciones en las que participaron las mujeres, la UCR no tuvo candidatas en puestos importantes. El discurso tradicional está tan arraigado que no le permite pensar al ciudadano en términos que no sean masculinos. En el peronismo, en cambio, el reconocimiento de las mujeres ha sido contundente inspirándose en la figura de Eva; sin embargo, a ella también se le marcaron los límites de su propio poder y se le negó la investidura de vicepresidenta. El socialismo y el comunismo reconocen a sus mujeres y preservan la memoria de sus acciones. Hoy en día se habla mucho de la reparación de la memoria; pero la memoria se construye. Es necesario repensar la historia a la luz de la acción de las mujeres, nuestra sociedad y la interpretación del pasado cambiarán al tomarlas en cuenta como hacedoras. Asimismo, y aunque a veces suena a frase hecha, si bien estamos en camino de devolver a las mujeres a la historia, aún nos falta mucho para devolverle su historia a las mujeres. |
Artemisa Noticias |