Femenino - masculino




A la escucha del cuerpo
| 2.7.2009

Libros del Zorzal presentó 'A la escucha del cuerpo.

Puentes entre la salud y las palabras',

de Ivonne Bordelois.

El libro explora las proyecciones inesperadas u

ocultas de las palabras. Aquí recuperamos

algunos fragmentos donde se desmenuzan

vocablos relacionados con lo femenino

y lo masculino.

(…)
Pero la femineidad, que como hemos visto

etimológicamente se refiere a la capacidad

nutricia de la mujer, no siempre

goza de buena fama. Alvaro García

Meseguer, autor de Lenguaje y

discriminación sexual, una crítica al

Diccionario de la Real Academia en su

edición de 1970, con las enmiendas

recogidas hasta 1976, hacía notar el sesgo

de las siguientes definiciones:


Femenino: débil, endeble.
Afeminación: molicie, flojedad de ánimo.
Molicie: afición al regalo, afeminación.
Blando: afeminado y que no es fuerte para el trabajo.
Varonil: esforzado, valeroso y firme.
Hombrada: acción propia de un hombre generoso y esforzado.
Fuerte: animoso, varonil.
Viril: propio del varón. Laudatorio. Demostrativo de virtudes propias del hombre: valor, energía, entereza.


Notemos asimismo que viril procede de la raíz

indoeuropea *wi-ro, que significa, entre otras cosas,

varón, soldado, y dio origen a warrior, guerrero, en inglés.
Los diccionarios ingleses, como el autorizado Webster (1960),

no apuntaban mucho mejor en este sentido:
Male (macho) significa fuerte, vigoroso.


Masculine se aplica a cualidades tales como

la fuerza y el vigor, características de los hombres.
Manly sugiere nobles cualidades como coraje,

independencia, etc.
Mannish, relativo a las mujeres, implica imitación

de rasgos y vestimentas de hombre.
Viril acentúa cualidades como fortaleza y vigor, y

específicamente, designa la potencia sexual

característica de un hombre maduro.
Female se define como el sexo que produce

óvulos y da nacimiento a niños.
Woman es el ser humano femenino.

Sirviente femenina, esposa, macho afeminado (sic).
Womanish sugiere la debilidad y los defectos que se

consideran propios de las mujeres.
Este penoso rastreo muestra la proclividad de

reservar las cualidades heroicas y la fortaleza

moral para los varones, y el halo despectivo que

rodeaba hasta hace relativamente poco a la figura

nutricia y procreadora de la mujer. Las versiones

actuales de ambos diccionarios, afortunadamente

atentas al cambio de los tiempos, ofrecen, en general,

definiciones mucho más satisfactorias, incluyendo

algunas curiosidades inesperadas: así, male es

descrito en el diccionario Webster de 2003 como

“perteneciente al sexo que no puede tener niños”.

En particular, se ha desterrado en inglés la ominosa

ecuación de igualdad entre lo femenino y la molicie

o bien con lo blando y lo débil. Al parecer, las feministas

desterraron para siempre esta imagen, a partir de la

imagen que tienen de sí mismas. Pero con todo, el

Diccionario de la Real Academia de 2005 insiste en

describir el adjetivo femenino, en una de sus acepciones,

como “débil, endeble”. Ninguno de los que establecieron

esta definición, probablemente, haya pasado nunca por una sala de partos.
(…)


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